El cantautor cuestiona los preceptos de la enseñanza cristiana en un libro-disco que presenta en alianza con la actriz en el Auditori Barradas, de L’Hospitalet
Los pecados están para “darles la vuelta” y transmitir la
idea de que, “bien llevados”, pueden transformarse en virtudes: la gula, la
ira, la lujuria… Es la Iglesia la que los ha formateado en nuestras cabezas
para dominarnos, “como brazo derecho e izquierdo del poder”, estima Joan Isaac. El cantautor proyecta esa visión
en un libro-disco, ‘7 Pecats capitals’, que
estrena este viernes en el Auditori Barradas, de L’Hospitalet, dentro
de Barnasants, y el sábado en la Casa de Cultura de Girona, en alianza con la actriz Carme Sansa.
Fue en las semanas del confinamiento cuando Joan Isaac se
sintió motivado para abordar este temario. El miedo y el aislamiento le
llevaron a pensar que “quizá el ser humano había ido demasiado lejos” y que la
pandemia podía representar “una especie de penitencia”. Se vio cara a cara con
el sentimiento de culpa. “Soy de una generación
educada con los curas, y pensé en el concepto de pecado, en la gente que vive
angustiada por lo que hace bien o lo que hace mal”, explica.
De ahí a recorrer esos siete pecados capitales, “que no están ni en los
evangelios ni en la Biblia, sino que fueron inventados en los siglos IV y VI
para someter a las personas”.
Una ira positiva
El disco-libro, con ilustraciones de Daniel Sesé y texto introductorio de Antoni Batista, consta de siete canciones que desproveen de maldad y sentido de culpa a otros tantos pecados, y cada una de ellas viene acompañada de un poema ajeno. La lujuria, por ejemplo, cobra un sentido distinto, luminoso y sensual, en ‘Els amants’, de Vicent Andrés Estellés, y la ira apunta a la reparación feminista en ‘Vuit de març’, de Maria Mercè Marçal. Este pecado inspira la canción ‘La dona que té por’, que se refiere a “la ira en un sentido positivo” experimentado por la mujer maltratada, “que se avergüenza y no quiere decirle a nadie cómo es su vida, aunque vaya por la calle con moratones".
Joan Isaac deseaba llevar el disco al escenario con un espectáculo que fuera “poético y teatral”, y así pensó en Carme Sansa, que ya en el Grec de 1986 tomó parte en el montaje ‘Els set pecats capitals dels petits burgesos’, a partir del ballet cantado de Bertolt Brecht con música de Kurt Weill. Para la actriz, la noción de pecado se sustenta en “el sentimiento de culpa inculcado por quienes te quieren dominar”, si bien ella explica aliviada que en sus años de formación se libró de muchas de las invectivas nacionalcatólicas, ya que estudió en una “escuela fantástica”, la Isabel de Villena, fundada en 1939 por antiguos impulsores del Institut-Escola de la República.
Las canciones se suceden en el álbum a voz y piano, tocado por Antoni-Olaf Sabater, si bien en directo habrá otro instrumento, el contrabajo de Queralt Camps. “Cada vez más pienso que la canción de autor debe tender al minimalismo”, reflexiona Joan Isaac, que sigue impulsando proyectos (aún no hace un año que publicaba el álbum ‘L’estació dels somnis’) porque “estos son tiempos de resistencia cultural y hay que seguir”. Carme Sansa asiente. “Y el público tiene ganas".
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