Joan Isaac con Joan Manuel Serrat.
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Antes del comienzo del recital tuvo lugar un acto protagonizado por el director de Barnasants, Pere Camps, con el que se dio por finalizada la 21ª Edición del festival. Fueron entregados dos galardones, el premio a la trayectoria artística fue otorgado a
Luis Eduardo Aute, y el premio de activismo cultural al colectivo
Ovidi Montllor, que recogió en su representación
Alfons Olmo(
VerdCel). Terminada la ceremonia de clausura el teatro se sumió en la oscuridad y comenzó el espectáculo.
Luis Eduardo Aute recibe el premio BarnaSants a la trayectoria artística.
© Xavier Pintanel
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El momento de penumbra en el que los músicos van ocupando su lugar para preparar la entrada del protagonista, es una fase fundamental del concierto, es el instante prodigioso en el que el público pierde el contacto con la realidad exterior para adentrarte en el mundo maravilloso de las canciones y la poesía. En este espectáculo dicho paréntesis tuvo un fascinante preludio, antes del comienzo de la función (y también al final), el escenario se transformaba en una sala de cine, concretamente de cine italiano, con la proyección de fragmentos de películas de Federico Fellini. Pienso que con este detalle Joan Isaac rendía un doble homenaje, por una parte al cine de autor italiano, y por otra al teatro Joventut, que en sus inicios fue cine, y ahora cumple 25 años de su transformación en teatro.
Los músicos que acompañaban a
Joan Isaac en esta ocasión, Conrad Setó, Antoni-Olaf Sabater, Eros Cristiani, Walter Porro, Laia Rius, Josep Traver, Jordi Camp y Lluís Ribalta, fueron ocupando su lugar en un escenario que, gracias a la maestría de
Daniel Sesé, constituía por sí solo un espacio estético mágico en el que se iría desarrollando la obra. Durante el espectáculo el escenario se convertiría en un paisaje cambiante detrás de los artistas, el diseño utilizado en el disco cobraría vida como sin querer, con un ritmo delicado que acompañaría a cada canción: un día que se hace noche bajo las estrellas, unas flechas que son canciones, unas palabras escritas sobre la pared que representan una vida de emigración, el fuego envolviendo Atenas, detalles suaves y tenues que aportaron una nueva dimensión gráfica, dieron color a las canciones y terminaron dibujando un retrato de cada autor.
Joan Isaac.
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Con este espectáculo Joan Isaac ha conseguido expresar todo lo que para él significa Italia y la canción de autor italiana, su amor y su respeto a un país y una gente con la que tantos lazos le unen, mostrar su pasión por este género, por este país que, como comentó, estima y respeta su canción y a sus cantautores. El recital se estrenó con dos temas de autores italianos muy de actualidad,
Ferragosto de
Samuele Bersani y
Modí de
Vinicio Capossela, ambos interpretados en solitario por Joan Isaac, tras los cuales cantó un tema propio:
Cala la nit a San Remo, y comenzó a presentar a sus invitados. El primero de ellos,
Roger Mas, con el que entonó
Via del Campo, de
Fabrizio De André explicando que ambos compartían una estrecha relación con Italia y comentando la similitud de los registros de voz del cantautor de Solsona con los de Fabrizio De André. Con Roger Mas interpretaría más tarde una canción no incluida en
Joies italianes i altres meravelles:
L’animal, de
Franco Battiato.
Joan Isaac con Roger Mas.
© Xavier Pintanel
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Giorgio Conte saludó a Joan Isaac desde la pantalla de video.
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Prosiguió con
D’amor no en parlem mai més (
Ivano Fossati) y
Que n'és de bella la lluna, precedida ésta por una proyección en la que su autor,
Giorgio Conte saludaba a Joan Isaac y al público asistente. La interpretación de
Mira, jo no sóc aquell, con
Enric Hernáez fue especial, había una conexión particular entre ambos cantautores, una complicidad evidente en la que se iban turnando para hacer ver, con esta canción incisiva, la distancia entre el artista y la persona que lo encarna, un tema de
Francesco De Gregori. Casi en el ecuador del concierto Joan Isaac en solitario interpretó
Piazza Grande, de
Lucio Dalla, tema que fue elegido para la edición del videoclip de presentación y promoción del disco:
Joies italianes i altres meravelles.
Joan Isaac y Enric Hernàez.
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Joan Isaac con Luis Pastor delante de una de las proyecciones diseñadas por Daniel Sesé.
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Luis Pastor fue el protagonista de la interpretación junto a Joan Isaac de la primera “maravilla” no italiana.
Sóc (
Soy) refleja una historia vivida en primera persona por el cantautor extremeño, y por miles de personas que en los años 60 y 70 tuvieron que abandonar sus casas, sus familias, en Extremadura o Andalucía en busca de una vida mejor en Madrid o Barcelona. Esta canción está repleta de palabras simbólicas que Sesé ha sabido captar a la perfección, las ha reflejado en el escenario dotándolas de colorido para ir ilustrando lo que las voces de los artistas transmitían. Lo viví como uno de los momentos más inolvidables del espectáculo.
Eugenio Finardi saluda a Joan Isaac.
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Las dos canciones siguientes fueron interpretadas en solitario por el artista catalán, presentó primero
Faula, que
Eugenio Finardi compuso para su hija, una historia tierna y sensible. Previa a la interpretación se proyectó un video del autor italiano, que desde su tierra felicitaba a Joan Isaac, con quien hace unos años, en el festival
Cose di Amilcare interpretó
A Margalida. Después vendría una de las más grandes canciones que conozco: la
Petita serenata diurna de
Silvio Rodríguez, una delicatessen que Joan Isaac sabe interpretar a la perfección.
Joan Isaac emocionado con la interpretación de Maria del Mar Bonet.
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Otro de los momento más sorprendentes de la noche fue el que tuvo lugar con la entrada en el escenario de
Maria del Mar Bonet, venía preparada para la ocasión con un precioso barco de papel que situó en medio del escenario y que se convirtió en protagonista de esa bella historia que es
La lluna i el capità, tema que bajo el título
La luna e il capitano se encuentra recogido en el disco de
Tosca Sto bene al mondo como explicó Isaac. El barquito de papel de Maria del Mar Bonet en el centro del escenario y el de Daniel Sesé proyectándose en el fondo. Esta escena, que envolvía las voces de ambos artistas entonando la joya italiana, quedará retenida en la memoria de los asistentes durante mucho tiempo, estoy segura de ello.
Joan Isaac y Sílvia Comes.
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Seguía su transcurso el concierto y era el turno de
Sílvia Comes, que entró en escena para acompañar al cantautor en la interpretación de
Gent senzilla, canción de
Vinicius de Moraes y
Chico Buarque que habla de las favelas, de aquella gente que busca la felicidad sin tener nada, que lucha por salir adelante. La cantautora ha trabajado con Joan Isaac en múltiples ocasiones desde hace unos años, formó parte fundamental del anterior trabajo del artista
Cançons d’amor i anarquia.
Joan Isaac y Luis Eduardo Aute.
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Quedaban dos grandes invitados para el final, primero
Luis Eduardo Aute, con quien interpretó:
Atenes en flames. Al terminar la canción, la voz de Laia Rius, al igual que en el disco, entonó un canto final que impresionó a todos los presentes, incluidos los artistas que estaban encima del escenario, y que mereció fuertes aplausos. La complicidad artística y personal entre Aute e Isaac quedó demostrada nuevamente sobre las tablas, dando como fruto una interpretación extraordinariamente sensible e impactante de la canción.
Joan Isaac y Joan Manuel Serrat.
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El último tema era
Torno al Sud, (
Vuelvo al Sur) de
Astor Piazzolla y
Pino Solanas. Joan Isaac presentó a su último invitado de la noche, lo hizo rememorando a aquel niño que gastó su primera “semanada” en un disco de cuatro canciones de
Joan Manuel Serrat y que nunca hubiera imaginado lo que el futuro le depararía. Serrat, autor del prólogo del libro
Joan Isaac. Bandera negra al cor de
Luis García Gil, subió al escenario, y junto a Joan Isaac derramó sensibilidad y emoción con un
Torno al Sud al calor del acordeón de Conrad Setó y la energía del piano de Antoni-Olaf Sabater, unos instantes mágicos e irrepetibles.
Joan Isaac
© Xavier Pintanel
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Los artistas invitados demostraron su profesionalidad, y además su respeto y su cariño hacia el anfitrión. Estaban entre amigos y la noche estuvo plena de momentos inolvidables, instantes de alta intensidad emocional, en la que Joan Isaac estaba visiblemente emocionado y agradecido. Terminó el concierto con todos los artistas y músicos en el escenario ante los aplausos de un público en pie, la instantánea de este momento único e irrepetible quedará en el recuerdo de todos los asistentes, instante que captaron muchos fotógrafos y que explica por sí solo lo que se vivió aquella noche.
De izquierda a derecha: Conrad Setó, Lluís Ribalta, Luis Eduardo Aute, Jordi Camp, Anti-Olaf Sabaté, Luis Pastor, Joan Isaac, Maria del Mar Bonet, Sílvia Comes, Joan Manuel Serrat, Enric Hernàez, Josep Traver, Roger Mas, Laia Rius, Walter Porro y Eros Cristiani.
© Xavier Pintanel
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Se retiraron los invitados para dejar a Joan Isaac solo con su público y sus músicos, creo que todos lo esperábamos, no podía ser de otra manera, el artista se dirigió a los asistentes con una frase que emocionó y volvió a poner en pie al auditorio: “
Mai, mai deixaré de cantar aquesta cançó..” (
Nunca, nunca dejaré de cantar esta canción)….y empezaron a sonar los primeros acordes de
A Margalida. Al día siguiente del espectáculo, el periodista Jordi Bianciotto publicaba un artículo titulado
Un Joan Isaac para la Historia, quienes estuvimos en el concierto podemos corroborar que así fue.