CRÓNICA
Ramon Muntaner, el rumor persiste
La 'cançó' homenajeó al retirado
trovador en el teatro Joventut de L'Hospitalet con un recital que culminó con
el dueto de Serrat y Gemma Humet
L'Hospitalet de Llobregat - Domingo, 11/02/2018
Ramon Muntaner, con Serrat y Pere Camps,
director de Barnasants, entre otros, al final del concierto. / FERRAN SENDRA
Dado que Ramon Muntaner se
retiró de los escenarios hace dos décadas, es como si en este tiempo sus
canciones se hubieran quedado suspendidas en la memoria, sin gastarse, como
reliquias conservadas entre paños. Así pudieron reaparecer, a través de las
brumas del tiempo, intactas y un poco misteriosas, este sábado en el
teatro Joventut, en el recital de homenaje que dirigió Joan
Isaac en el marco de Barnasants.
En estos conciertos colectivos
planea la amenaza de la complacencia o, lo que es peor, el aburrimiento por
exceso de monólogos y batallitas, pero Joan Isaac aplicó mano de hierro a un
guión que resultó sobrio, elegante y dinámico, a través
de 17 clásicos del artista recreados a partir de un docto
cuarteto: Antoni-Olaf Sabater (piano y teclados), Lluís
Ribalta (batería), Josep Traver (guitarra) y Jordi
Camp (bajo). Eso sí, una compañera de quinta, Marina
Rossell, puso el pórtico con unas breves y generosas palabras: “Ramon,
has sido el mejor de mi generación”.
Carácter y sensibilidad
El homenaje invitó a recordar que
Muntaner hizo valer en su día una actitud interpretativa imponente a la vez que
cultivó la inventiva musical y mostró un don para las melodías, moviéndose entre
una fortaleza telúrica y la extrema delicadeza. En el primer ángulo se
situó Borja Penalba, alzando la voz poco a poco en 'Cançó
de carrer' y más todavía en la amenaza de tormenta de 'Aquesta
remor', sobrecogedora integración con la poesía de Martí i
Pol. En contraste, los contornos encantados de 'El ball dels
cent mil diumenges', a los que se acogió con sensibilidad Rusó
Sala.
La selección cubrió canciones de
casi todas sus obras, como ese 'Sol' con honda interpretación de Enric
Hernàez, la dulce 'Cançó de taverna', por Túrnez & Sesé,
y 'L'ametlla amarga', con texturas oníricas de voz y guitarra a cargo de Eduard
Iniesta. Los recuperados Coses brindaron por una vez
la adaptación de Muntaner, con fibras rockeras, del poema popular 'Au, jovent',
que musicaron también en aquellos tiempos. Roger Mas se lució
en una de las piezas más zigzagueantes, 'Presagi', y Gemma Humet,
en 'No demano gran cosa', más Martí i Pol a través de un poema que inspiró a
Kiko Veneno en su seminal 'No pido mucho'.
Joan Isaac hizo suyas dos canciones cercanas a su mundo de
sutilezas, 'Aigua-Marina' y 'Seré a ta cambra amiga', y Sílvia
Comes se atrevió con el texto más severo, aquellas 'Decapitacions
XII', en honor al ajusticiado general Moragues. Y como clímax, Humet
fundió su voz con la de Serrat en un radiante viaje a 'La plaça del
Diamant', canción, cabría decir, no muy lejana al universo sentimental
serratiano.
Entre el público, cómplices
estrechos de aquellos discos, como Joan Ollé y Vicenç Villatoro, y
el propio Ramon Muntaner, que, requerido por Joan Isaac, subió
a escena para, tras recibir un ramo de flores de la mismísima Sílvia
Munt, la Colometa televisiva, dedicar unas emocionadas palabras de
agradecimiento. "No tengo palabras, solo sentimientos. Me habéis hecho
muy feliz". Como dice la letra, "la remor", el rumor,
persiste.
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